Ubicación: Calera de Tango, Chile Arquitecto: ARQUIPIELAGO ( Sergio Araneda Maiz ) Año ejecución: 2008-2009 Superficie terreno: 5000m2 Superficie Construida: 250 m2 Calculo: Eduardo Valenzuela Paisajismo: CICLOS – Andrea Riveros Construcción: Rodrigo Mujica Materialidad: Albañilería estucada y pintada blanca , Muro de piedra blanca canteada, sombreadero en listones de terciado marino impermeabilizado. Fotografías: Sergio Araneda Maiz
Encargo y lugar
El encargo consistió en una vivienda unifamiliar ubicada en Calera de Tango, en un condominio de parcelaciones de 5000 m2, y dentro de un terreno que está rodeado en dos de sus lados (nor-oriente y nor-poniente) por áreas de plantación vinícola.
Ya en la primera visita a terreno, y al constatar que este no contaba con ningún árbol, o referencia interior, nos dimos cuenta que el encargo no se limitaba a lo edificado, sino sobre todo a establecer una cualificación espacial del sitio por medio del emplazamiento de la casa.
Nos pareció importante en una primera instancia, hacer aparecer el entorno, donde las viñas, las alamedas que delimitan los campos aledaños y algunas lomas de cerros, se muestran como imágenes representativas del paisaje campestre que circunda el terreno.
Partido General
Tras las primeras reuniones, se propuso al cliente que el mismo volumen de la casa sectorizara los usos en el terreno y de esta manera la casa quedara en su condición de vivienda aislada (requerimiento del condominio) en medio de los distintos “usos” que el proyecto proponía. Explorar que de alguna manera la casa se ocupara de los 5000 m2.
Se diseñó un trabajo conjunto de arquitectura y paisajismo con el fin de desarrollar un emplazamiento que plasmara las dos condiciones primordiales que nos resultaban para el buen desarrollo del proyecto, y que tenían que ver con las distancias que proponíamos generara el proyecto hacia dentro y fuera del terreno.
- Segmentar el terreno con el volumen de la casa.
La casa se traza dentro de dos ejes que demarcan el cierre hacia el condominio y se abren hacia el espacio de las viñas, coincidiendo con la orientación norte. El volumen resultante es el tradicional y simple volumen en L que establece un espacio exterior dominado por la propia volumetría. A esta L se le adosa de un tercer volumen de servicios en el sector sur, que mueve toda la casa hacia el norte, partiendo casi en su totalidad el terreno en dos, y que genera en su interior la circulación entre el área de estacionamientos, entrada secundaria y un exterior de servicios que se plantea en ese distanciamiento sur.
- Formalizar las vistas lejanas desde el interior de la casa
Al no tener referencias dentro del terreno la casa se orienta en relación a vistas lejanas, girando y alineándose con la geometría de las viñas ( pasillo de dormitorios) y proyectando una diagonal ( acceso-comedor –living) que vincula ese interior a un cierre de álamos que están hacia el poniente y a los cerros que están en el oriente.
La proyección de los estos espacios hacia el exterior se hace tanto en la orientación directa como en la proyección de algunos muros que se “estiran” en la búsqueda de esas distancias.
Junto a esto se estableció un criterio paisajístico que asegurara a futuro la construcción espacial de las relaciones internas y externas del terreno, dejando espacio libre a la vista de referencias lejanas y otorgando un valor paisajístico y funcional a los espacios que la casa propone en el terreno.
Materialidad
La materialidad elegida para el volumen de la casa es albañilería estucada y pintada blanca con el fin de generar un soporte a las terminaciones que condicionarían las fachadas que presenta el proyecto a su entorno.
Como terminación de fachadas se opta por una decisión, un tanto riesgosa, de elegir dos materiales para las dos lecturas que se quiere desde el jardín de acceso y desde el jardín interior de la casa.
Por un lado, la fachada de acceso se termina con un muro “jaula” de piedra blanca que relaciona de forma monolítica la casa con su entorno, ablandando la fachada blanca, y generando un grano mínimo de luz y sombra que desarma en ese punto la lectura dura y estática que se quiere de la casa en esa fachada.
Por el otro lado se construye, en todo el largo de la fachada interior desde el patio, un parrón artificial en madera, que conjuga y alinea la casa con la trama geométrica de las viñas y que por su materialidad y sistema constructivo colgante y móvil al viento, suelta y desrigidiza esa fachada de la casa, generando un espacio de sombra entre el interior y el exterior de la casa.
Imagenes